sábado, 31 de diciembre de 2011

TRES PENSAMIENTOS PARA EL ULTIMO DIA DEL AÑO

Cada vez que el calendario nos trae, inexorablemente, esta fecha del 31 de Diciembre, no pueden menos de preocupar al hombre pensador, y más todavía al fiel cristiano estos tres graves pensamientos:


                                             a) el tiempo pasa,
                                             b) la muerte se acerca,
                                             c)  la eternidad nos espera,

Efectivamente:
a) El tiempo pasa.- El presente año a pasado como un soplo, y como él pasaran todos los que nos restan vivir, sean pocos, sean muchos; sean felices, sean desgraciados.
¿ Que se ha hecho de las penas y de los dolores? ¿ que de las alegrías locas y de los placeres de este año transcurrido?. Ni las penas ni las alegrías pasadas pueden ya volver. De ellas solo queda el mérito de haber sufrido o gozado con conciencia pura y con alteza de miras, o, al revés, la responsabilidad de haberlo perdido todo por falta de espíritu cristiano.

El tiempo pasa para todo, este año ha pasado para todos, nadie ha podido detener el reloj. ¡ como hubiese deseado el gozador de la vida, el pecador disoluto, que no hubiesen pasado sus horas de placer, sus días y sus noches de miel ! Sin embargo, pasaron para no volver .
Ha pasado este año corriendo, volando; pero no ha pasado en vano. Muchos desearían que hubiese pasado sin dejar huella, como el vuelo del pájaro; que lo pasado, como dicen, quedara pisado, mas no es así. Todo el pasado queda sujeto al juicio de Dios.

b) La muerte se acerca .- La muerte golpea y se acerca de día en día para cada uno. A muchos, a innumerables, los ha alcanzado en este último año, y los ha alcanzado sorpresivamente. A muchos que hemos conocido sanos y alegres, en pocos minutos, o en pocas horas o en breves días, los hemos visto desaparecer.
Ni la edad, ni el bienestar, ni la dignidad, ni la ciencia, ni el vicio, ni la virtud respeta la muerte inexorable. Todos tenemos nuestro día señalad, como lo tuvieron los que nos han precedido este mismo año y los años anteriores. desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, y de muchos de ellos ni queda ni el recuerdo.
¡ Tanto afán por vivir, para vivir tan poco y tan tristemente ! ¡ Tanto cuidarse del cuerpo y del vestido y del negocio y de la honra, para perderlo todo tan presto y tan sin remedio ! ¡ Tanto alardear de las riquezas, de la hermosura, de las simpatías, de las influencias, para quedar de súbito reducido a un cajón de podredumbre!

c) La eternidad nos espera.- Nada sería que el tiempo pasase y que la muerte se acercara, si con ello todo se acabara. Más no es así. Al morir, el hombre no muere del todo; perece la materia, pero el espíritu perdura. El cuerpo vuelve al polvo del sepulcro, de donde brotó; pero el alma retorna a Dios que la creó.
Todo lo de aquí es pasajero, todo fenece; sólo el alma sobrevive en este general cataclismo. Por eso el hombre, aunque muere, no muere para siempre, solo cambia de vida; de la vida temporal pasa a la eterna, del tiempo a la eternidad.
¡ La eternidad ! ¡ Qué realidad terrible ! Muchos la niegan, porque les convendría que no existiese; así sus vicios no tendrían ninguna sanción ultraterrena. Otros muchos, los más, no piensan en ella, porque no la comprenden. Mas ni por negarla ni por desconocerla, la eternidad deja de existir y de esperarnos.
Nada fuera que la eternidad existiese, si ésta fuese para todos bienaventurada y feliz. Pero no es así. Hay dos eternidades: la eternidad del cielo, para premio, y la eternidad del infierno, para castigo.Hay, pues, un premio eterno y un castigo eterno. Así lo ha dispuesto Dios, y nada ni nadie podrán hacer que no sea así.
Si, pues, te espera una eternidad feliz ¡ oh cristiano!, después de los sufrimientos de ésta breve vida, ¿ porqué no los soportas con resignación y con una santa esperanza? y si a ti también te espera la eternidad, pero una eternidad desgraciada, ¡ oh pecador y gozador de la vida!, ¿ por qué prefieres un placer sucio y fugaz a una eterna dicha?.

                                                               NOCHE VIEJA

" Noche vieja" : así se ha dado en  llamar -  por lo menos aquí en América - a la última noche del año, que es la de hoy.En ella se estilan diferentes formas de despedida al año que se va y de saludos de bienvenida al que llega.Mientras sólo sea disfrutar en familia con turrones y champán o sidra, disparar al aire cohetes multicolores y sonar pitos y sirenas, bien está, pero no está bien, sino muy mal, organizar bailes y saraos casi carnavalescos, empeñándose en conservar y aun en dar mayor arraigo a costumbres paganas, que el cristiano siempre a luchado por extirpar.
Para reparar estas profanaciones, muchas almas buenas santifican esta noche asistiendo a misa ( si es que consigue alguna verdadera, no la nueva prostestantizada, por que sería lo mismo que festejar  con los paganos) y comulgando o bien pasando largo rato en adoración ante Jesús Sacramentado. Todo es necesario para aplacar a Dios y para que su justa ira no descargue los merecidos castigos sobre el mundo pecador.


  QUERIDOS HERMANOS EN CRISTO, QUE TENGAN UN PROSPERO Y SANTIFICANTE AÑO NUEVO 

viernes, 30 de diciembre de 2011

COMENTARIO ELEISON


AÑO  NUEVO
Y asi otro año termina sin que el cielo haya caído. Por décadas he estado diciendo que iba a caer, por ejemplo a un pequeño grupo de personas en Francia hace unos cinco o siete años. Entre ellos había un sacerdote de la Fraternidad SPX quien había sido seminarista en Ecône cuando yo era profesor allí al final de la década del ‘70 y principios de la del ‘80. “Su Excelencia,” dijo, “¿No estaba usted diciendo esto hace 25 años?” Pero lo dijo con una sonrisita, por eso tal vez pensaba que algún día yo podría tener razón.
¿Entonces será 2012 el año en que caiga el cielo? Un gran número de comentaristas piensan que bien podría ser el año en que la economía mundial se derrumbe. Seguramente la deuda no puede seguir apilándose en la manera que se está apilando desde hace décadas. Por ejemplo, los gastos de las obras sociales son una carga insoportable sobre el presupuesto de muchas democracias occidentales, pero casi por definición un político democrático es incapaz de tomar las decisiones drásticas necesarias para restaurar el equilibrio fiscal, porque si quiere ser reelecto no los puede tocar. Ha sido bien dicho que una democracia puede durar solamente hasta que el pueblo se de cuenta que el dinero del Estado le pertenece a él.
Entonces ¿es 2012 el año en el cual las democracias occidentales finalmente se derrumben? Tal vez. Pero tal vez no. Muchos hoy presienten que algún desastre se está preparando. Seguramente no tardará otros 30 años para ocurrir, uno dice. Pero uno ha venido diciendo esto por muchos años. Tal vez la gente está tan embriagada de liberalismo que aún las dosis de caos cada vez mayores los dejan sin preocupación. Sin embargo, mientras las ruedas del molino de Dios trituran lentamente, dice el proverbio, ellas trituran excesivamente fino. En otras palabras todas las facturas de Dios tendrán que ser pagadas, y el día de rendir cuentas vendrá, y sobre cuentas mucho mas serias que aquellas de las meras obras sociales.
¿Será este año, el año próximo, en algún momento, nunca?  Nunca, seguro que no. Vendrá en la buena hora de Dios. Relativamente el año importa poco. Como lo dice Hamlet (Act V,2), “Hay una providencia en la caída de un gorrión. Si es ahora, no es por venir; si no es por venir, será ahora; si no debe ser ahora, sin embargo vendrá: el hecho de estar preparado lo es todo”. Hay una Providencia. Hay un Dios, y su momento es el mejor de todos. “La hora de Dios es la mejor hora”, dice el proverbio alemán.
Y Dios no requiere de la mayor parte de nosotros emprender una acción para tratar de frenar el presente curso de la destrucción de la Iglesia y del mundo. Apostaría yo que muchos líderes públicos del mundo se sienten en privado sin posibilidad de hacer algo, y me pregunto si aún los maestros secretos del mundo, empujados por el infierno a dominar el globo, se sienten en todo momento seguros de que tienen su juego en la mano. “Ahora soy la Unica que puedo ayudaros”, ha dicho la Madre de Dios.
Lo que Dios nos pide es de vivir en su gracia y de confiar en El. Cuando el derrumbe venga, en 2012 o en cualquier momento, desde un punto de vista humano sin duda será más bien doloroso, pero desde el punto de vista de Dios sus castigos son actos de misericordia. San Pablo cita el Libro de los Proverbios (III, 11-12): “No deseches, hijo mío, la corrección del Señor, ni tengas aversión cuando El te reprenda. Pues el Señor castiga a aquel a quien ama”. Y San Pablo continúa (Heb.XII, 7-8): “Soportad, pues la corrección. Dios os trata como a hijos. ¿Hay hijo a quien su padre no corrija? Si quedáis fuera de la corrección, de la cual han participado todos, en realidad sois bastardos y no hijos”.
Estar preparado lo es todo, como se ve en la parábola de las vírgenes sabias (Mt.XXV, 1-13).
¡Feliz año nuevo!
Kyrie eleison.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

TENGO UNA VACA LECHERA

MIRAD COMO SE AMAN

sacerdotes cismáticos de la Iglesia Ortodoxa Griega y la Iglesia Apostólica Armenia, se enfrentan en la Basílica de la Natividad en Belén, siempre es extraño cuando se limpia para la Navidad. Este año llegaron a las manos.

La Iglesia apostólica armenia, oficialmente Iglesia gregoriana apostólica armenia (en armenio Հայ Առաքելական Եկեղեցի), es la iglesia nacional más antigua del mundo; no debe confundirse con la Iglesia católica armenia, que está en comunión con la Iglesia católica romana.


QUITAN DEL CENTRO DEL ALTAR EL TABERNACULO Y EN SU LUGAR PONEN UN JARRON CHINO

SI un jarrón chino SUSTITUYE EL TABERNÁCULO ...


Lo que ves arriba es una imagen de la iglesia de San Lorenzo en Talamello, una encantadora ciudad en la provincia de Rimini. La iglesia está decorada con un crucifijo del 1300, atribuido  muchos años después a Giotto y su discípulo Giovanni da Rimini.
Era una hermosa iglesia, y ahora el jarrón chino en el lugar del tabernáculo ... También porque la lámpara perpetua sigue siendo el, pero no recuerda la certeza de que no es el Cristo Eucarístico. No, recuerda que una vez hubo un tabernáculo.
Altar con un tabernáculo - 90 años
Vale la pena recordar las palabras de Benedicto XVI en Sacramentum Caritatis , 69: "en las iglesias donde se encuentra la capilla del Santísimo Sacramento y el altar mayor con su tabernáculo, debe continuar utilizando esta estructura de la reserva y adoración Eucaristía, evitando la colocación del   celebrante  en el primer lugar".( Pero como siempre se habla bonito y se actua en forma contraria a lo que se dice "así" son los modernistas )


¿ QUE TIENE QUE VER LA RELIGIÓN CATÓLICA CON TAIZÉ?

VICARIO DE CRISTO O..... TODAS LAS FALSAS RELIGIONES  SON PUESTAS A UN MISMO PLANO QUE LA ÚNICA Y VERDADERA, LA QUE TIENE LA VERDAD ABSOLUTA , LA REVELADA POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y A TRAVÉS DE ELLA SOLAMENTE SE LLEGA A LA SALVACIÓN




APOSTASÍA TOTAL.

Mensaje de Benedicto XVI para la reunión de jóvenes de Taizé en Berlín

En el mundo para abrir caminos de confianza

BERLIN, 28. Un estímulo "para abrir en cualquier parte de la caminata mundial de la fe" está contenida en el mensaje, firmado por el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, que Benedicto XVI dirigió en la edición 34a de la asamblea europea de los jóvenes de la comunidad ecuménica de Taizé, que se celebra desde hoy y hasta diciembre 28-enero 1, por primera vez en Berlín, Alemania. "Mientras se reunieron en Berlín - dice el texto - con miles de jóvenes de toda Europa e incluso de otros continentes, en busca de los hermanos de la comunidad de Taizé para investigar las fuentes de la fe, el Papa Benedicto XVI se une a con la oración y lo alienta para abrir en cualquier parte del mundo a pie de la fe. La bienvenida que recibe, los intercambios con jóvenes de muchos países, los momentos de oración que se unen y superar muchas barreras que te hacen humanos, son para todos una experiencia hermosa de confianza ". Confianza "no es ciega ingenuidad". Esta confianza, señala, "atraídos por su fe en Cristo y la vida de su Espíritu Santo en sus corazones, que se sienta más informado y mejor preparado para enfrentar los retos y dificultades que los hombres y mujeres de hoy se enfrentan." El texto es, pues, en conclusión, se refieren a la próxima edición del encuentro europeo de jóvenes de Taizé, la 35a, que fue anunciado en 2012 en Roma. "El Santo Padre nos dice que la alegría de dar la bienvenida al próximo año para tratar de la 35 ª Reunión Europea de su" peregrinación de confianza sobre la tierra. "Roma le dará la bienvenida." Anuncio se produce tras "la bendición apostólica a los hermanos de Taizé, los jóvenes participantes en Berlín, así como los pastores y los fieles que los protegen".
Miles de personas están participando en la iniciativa. Un llamado a renovar el sentido de la solidaridad de los jóvenes por el hermano Alois, el hermano Roger, Hacia una nueva solidaridad en la carta, escrita con ocasión de la reunión. "Si la solidaridad humana ha sido siempre necesaria, que debe ser constantemente renovada, revitalizada por nuevas expresiones. Hoy en día, tal vez nunca antes en la historia como, es de vital importancia que preparar a la generación más joven a una distribución más equitativa de los recursos de la tierra, un distribución más equitativa de la riqueza entre los continentes, dentro de cada país ". El texto de la carta - traducido a más de cincuenta idiomas y entregado hoy a los 30.000 participantes - será el centro de las reflexiones que acompañan a la reunión, organizada el Messegelände, centro de exposiciones. Más de 1.500 voluntarios se han acogido a los jóvenes en el centro, donde se llevó a cabo hoy en día, las dos primeras oraciones comunes.
Por primera vez, escribe el hermano Alois, el encuentro tiene lugar en Berlín, "ciudad marcada por la mayor diversidad, de cara al futuro, sino también en busca de una integración de los recuerdos dolorosos del pasado, una ciudad cuya población se ha demostrado que no deja desalentados por las situaciones difíciles. " La primera visita de un hermano de Taizé en Berlín desde 1955. Luego, cuando, en 1961, se construyó el muro que dividía la ciudad, los miembros de la comunidad ecuménica han aumentado su viaje a Berlín Este mismo hermano Roger, fundador de Taizé, me fui en 1986 por un etapa de la «peregrinación de confianza" que se necesitaba - revela el antes - las autoridades comunistas para pedir permiso para celebrar una oración que se llevó a cabo simultáneamente en dos grandes iglesias, católica y protestante, que reúne a seis mil jóvenes de Alemania del Este. El permiso fue concedido a condición de que no participaron en el Oeste. "Este período se ha acabado y Berlín es un símbolo para todos aquellos que, en todo el mundo, tratando de ir más allá de los muros de separación para difundir la fe", dice el hermano Alois. Sin embargo, "con el fin de una nueva solidaridad entre los seres humanos prosperan en todos los niveles, en las familias, comunidades, pueblos y ciudades, países y continentes, necesitamos decisiones valientes. Consciente de los peligros y sufrimientos que pesan sobre la humanidad y en el planeta, no queremos dejar de lado el miedo y la resignación ".
En la carta del hermano Alois afirma que el impulso hacia una nueva solidaridad es posible, y "alimenta la creencia de que la historia del mundo no está determinado de antemano." El prior de Taizé es un ejemplo del período posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando "un puñado de políticos que creen, contra toda esperanza, la reconciliación y han comenzado a construir una Europa inclusiva." Y recuerda como una revolución pacífica ha logrado cambiar radicalmente la situación de las Filipinas en 1986, como el movimiento polaco Solidarno popular? He creado un camino de la libertad sin violencia para muchas naciones europeas, como la caída del Muro de Berlín en 1989 era inimaginable hasta hace pocos años atrás. Y luego el desarrollo democrático y económico en América Latina comenzó, el fin del apartheid en Sudáfrica y, más recientemente, la violencia política en Irlanda del Norte y el País Vasco.
Las secuelas de la economía global, nos preguntamos, cambiar el equilibrio geopolítico, las crecientes desigualdades, los dispositivos de seguridad del pasado han demostrado también débil. "¿Podría ser esto un motivo para reflexionar más sobre las opciones para hacer de nuestras vidas?", Se pregunta, Alois. La invitación es para promover y mantener la confianza entre los seres humanos, que se basan en la confianza en Dios, tratando de ser "sal de la tierra", porque "la comunión de Cristo no vino para ser cristianos en una sociedad aislada y separado ", sino" servir a la humanidad como una semilla de la confianza y la paz. " Pero la sal puede perder su sabor, el mensaje de Cristo a venir oscurecida por la división entre los hombres. A continuación, debe "rivificare este mensaje de amor y paz", liberándola de malentendidos, por lo que es brillar en su simplicidad original. Y los juicios personales que se abordarán en la búsqueda de nuevas formas de responder a la solidaridad y la confianza - concluye el hermano Alois - más y más amorosos ".

CARTA DEL CARDENAL RANJITH

martes 27 de diciembre de 2011



Fuente: The New Liturgical Movement.

Carta del Cardenal Ranjith dirigida a los participantes de la vigésima asamblea de la Federación Internacional Una Voce:
Quiero expresar en primer lugar, mi agradecimiento a todos ustedes por el celo y el entusiasmo con el que promueven la causa de la restauración de las verdaderas tradiciones litúrgicas de la Iglesia.

Como ustedes saben, es la adoración la que aumenta la fe y su realización heroica en la vida. Es el medio con el que los seres humanos se elevan al nivel de lo trascendente y eterno: el lugar de un encuentro profundo entre Dios y el hombre.

Por esta razón, la Liturgia nunca puede ser creada por el hombre. Porque si adoramos a la manera que queremos y establecemos las normas nosotros mismos, entonces corremos el riesgo de recrear el becerro de oro de Aarón. Tenemos que insistir constantemente en la adoración como la participación en lo que Dios mismo hace, de lo contrario corremos el riesgo de involucrarnos en la idolatría. El simbolismo Litúrgico nos ayuda a elevarnos por encima de lo que es humano a lo que es divino. En este sentido, es mi firme convicción de que el Vetus Ordo representa en gran medida y de la manera más satisfactoria, que llaman mística y trascendente, para el encuentro con Dios en la liturgia. Por lo tanto ha llegado el momento para nosotros de, no sólo renovar la nueva liturgia a través de cambios radicales, sino también de alentar más y más la vuelta del Vetus Ordo, como un camino para una verdadera renovación de la Iglesia, que fue la que los Padres de la Iglesia,sentados en el Concilio Vaticano Segundo, tanto desearon.

La lectura cuidadosa de la Constitución conciliar sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilum, muestra que los cambios introducidos en la Liturgia más tarde, nunca estuvo en la mente de los Padres del Concilio.

Por lo tanto ha llegado el momento para que seamos valientes en trabajar por una verdadera reforma de la reforma y también en un retorno a la verdadera liturgia de la Iglesia, que había desarrollado a lo largo de su historia bi-milenaria en un flujo continuo. Deseo y rezo para que suceda.
Que Dios bendiga sus esfuerzos con el éxito.
 Agregado a la noticia orininal:
(Me pregunto:¿acaso  el Santo Padre no puede tomar una decisión  y decir.. basta..quitar esa misa protestantizada y volver a la verdadera doctrina de la Iglesia de Nuestro Señor? el poder lo tiene,  perooo...
se habla mucho y no se hace nada , cuando uno escucha a veces unos hermosos discursos piadosos y todo lo que se le quiera agregar y después va a los hechos y resulta que se hace todo lo contrario, vamos.., seamos coherente Roma está llena de modernistas y tibios católicos , lo que hace que ya esté en plena apostasía.). Dios tenga piedad de nosotros.

lunes, 26 de diciembre de 2011

LOS MUSULMANES CON SU RELIGION DE SATANAS Y CON EL AL FRENTE SALEN A EXTERMINAR A LOS CRISTIANOS

Nigerianos temen más ataques a la iglesia después de 39 muertos

(AP) MADALLA, Nigeria - La mujer volvió a limpiar la sangre en Santa Teresa la Iglesia Católica el lunes y un hombre lloraba incontrolablemente en medio de sus restos,  una asociación cristiana de Nigeria exigieron la protección de sus iglesias.

Al menos 35 personas murieron en Santa Teresa y decenas más resultaron heridos cuando militantes de endemoniados musulmanes lanzaron ataques coordinados en todo el país más poblado de África en cuestión de horas el uno del otro. Cuatro personas más murieron en otros actos de violencia atribuidos a un grupo conocido como Boko Haram.

Las multitudes se reunieron entre los coches quemados en el lote de la iglesia de aparcamiento de tierra Lunes, enojados por el ataque y temerosos de que el grupo se dirigiera a más de sus lugares de culto.

Fue el segundo año consecutivo en que los extremistas que buscan instalar la ley sharia islámica en todo el país de 160 millones de etapas tales ataques. El año pasado, una serie de atentados el día de Nochebuena mató a 32 personas en Nigeria.

Rev. Padre Christopher Jataudarde dijo a la AP que la explosión del domingo ocurrió cuando funcionarios de la iglesia dio a los feligreses polvo blanco, como parte de una tradición que celebra el nacimiento de Cristo. Algunos ya habían abandonado la iglesia en el momento de la explosión, causando las bajas masivas.

En el caos, un hombre herido de muerte había acunado en el estómago herido y le pidió a un sacerdote para la expiación religiosa. "Padre, ruega por mí. No voy a sobrevivir", dijo.

Al menos 52 personas resultaron heridas en la explosión, dijo Slaku Luguard, coordinadora de la Agencia Nacional de Nigeria Manejo de Emergencias. Las  víctimas llenaron el piso de cemento de un hospital público cercano, algunos llorando en las piscinas de su propia sangre.

El papa Benedicto XVI denunció el atentado en   la Navidad dió  bendiciones el lunes, instando a la gente a rezar por las víctimas de la comunidad cristiana de Nigeria.

"En este momento, quiero repetir una vez más con  fuerza:. La violencia es un camino que sólo conduce al dolor, destrucción y muerte El respeto, la reconciliación y el amor son el único camino hacia la paz", dijo.

El Consejo de Seguridad condenó los ataques "en los términos más enérgicos" y llamó a los autores, organizadores, financistas y patrocinadores "de estos reprobables actos" sean llevados ante la justicia.

La Unión Africana también condenó los ataques y se comprometió a apoyar a Nigeria en su lucha contra el terrorismo.

"Continuos actos Boko Haram de terror y la crueldad y el desprecio absoluto por la vida humana no puede ser justificado por ninguna religión o fe", dijo una declaración atribuida al presidente de la comisión de la UA, Jean Ping.

El domingo, una bomba explotó en medio de disparos también en la ciudad central de Jos de Nigeria y un atacante suicida atacó a los militares en el noreste del país. Tres personas murieron en esos ataques.

Después de los atentados, un portavoz de Boko Haram utilizando el nombre de guerra Abul-Qaqa atribuyó la responsabilidad por los atentados en una entrevista con The Daily Trust, el periódico de referencia en norte musulmán de Nigeria. La secta ha utilizado el periódico en el pasado para comunicarse con el público.

"Nunca habrá paz hasta que nuestras demandas se cumplan", citó el periódico al portavoz. "Queremos que todos nuestros hermanos que han sido encarcelados para ser liberados, queremos que la plena aplicación del sistema de la Sharia y queremos que la democracia y la constitución de la suspensión."

Boko Haram ha llevado a cabo ataques cada vez más sofisticados y con sangre en su campaña para implementar la ley islámica estricta en Nigeria. El grupo, cuyo nombre significa "la educación occidental es sacrilegio" en el idioma local hausa, es responsable de al menos 504 asesinatos este año, según un conteo de The Associated Press.

El año pasado, una serie de atentados de la víspera de Navidad, en Jos reclamado por los militantes dejaron al menos 32 muertos y 74 heridos. El grupo también reivindicó el 26 de agosto atentado contra la sede de las Naciones Unidas en la capital de Nigeria Abuja que mató a 24 personas e hirió a 116 los demás.

Aunque dirigida inicialmente a los enemigos a través de asesinatos de golpear y correr desde la parte trasera de la moto después de los disturbios de 2009, la violencia de Boko Haram tiene ahora una nueva sofisticación y planificación aparente que incluye ataques de alto perfil con mayores bajas.

Que ha alimentado las especulaciones sobre los vínculos del grupo, ya que se ha dividido en al menos tres diferentes facciones, diplomáticos y fuentes de seguridad dicen. Dicen que el ala más extrema de la secta mantiene el contacto con los grupos terroristas en África del Norte y Somalia.

Orientación Boko Haram ha seguido siendo difícil, como miembros de la secta están dispersos por todo el norte de Nigeria y los países vecinos de Camerún, Chad y Níger.

Los analistas dicen que las consideraciones políticas también probablemente desempeñan un papel importante en la respuesta del país por lo tanto, mucho silencio: el presidente Goodluck Jonathan, un cristiano del sur, pueden ser renuentes a usar la fuerza en la nación del norte predominantemente musulmán.

En declaraciones la noche del domingo en un servicio de oración, Jonathan se describe el atentado como un "desagradable incidente".

"No hay ninguna razón para este tipo de actos cobardes", dijo el presidente en una ceremonia transmitida por la Autoridad de la televisión estatal nigeriana. "Es una de las cargas, como nación, tenemos que seguir. Nosotros creemos que no va a durar para siempre."

Sin embargo, otros no se quedan tan seguro como el presidente. La sección norte del estado de la poderosa Asociación Cristiana de Nigeria emitió una declaración en la noche del lunes exigiendo la protección del gobierno de sus iglesias, y advirtió que "la situación puede degenerar en una guerra religiosa".

"De ahora en adelante será en medio de estas provocaciones y destrucción sin sentido de vidas inocentes y la propiedad ser obligado a hacer nuestros propios esfuerzos y medidas para proteger la vida de los cristianos inocentes y pacíficos ciudadanos de este país", decía la declaración.

"Por tanto, estamos pidiendo a todos los cristianos a ser respetuosos de la ley, sino defenderse a sí mismos cada vez que surja la necesidad."

EL CARDENAL DE LYON PROHIBE E IMPIDE UNA ABSOLUCIÓN COLECTIVA

  


Según informan varios medios digitales, tanto nacionales como internacionales, el Cardenal Arzobispo de Lyon (Francia), monseñor Philippe Barbarin, ha prohibido expresamente que se celebrara una absolución colectiva, en el marco de una celebración penitencial, en la iglesia del Buen Nombre de Jesús, de Lyon, a cargo de los dominicos.

Monseñor Barbarin ha cumplido su obligación, defendiendo los derechos de sus fieles, e impidiendo una celebración contraria a las normas canónicas y a la práctica sacramental de la Iglesia Católica. Como bien saben los lectores de GC, las absoluciones colectivas sólo son válidas si se dan excepcionales condiciones de gravedad (emergencia, imposibilidad material de escuchar a todos los penitentes en confesión, etc), que raramente suelen concurrir, y además la validez del sacramento queda condicionada a que el penitente, tan pronto y como sea posible, reciba la preceptiva absolución personalizada tras la confesión individual de sus pecados. Todo un ejemplo, pues, de coherencia, recto proceder, y defensa de los derechos de sus fieles, en la actuación del cardenal francés.

(A continuación veamos la indignación de una revista progre modernista, de todos modos si la misa era la nueva protestantizada , para que les sirve si en ella hay dudas sobre la consagración) 



La iglesia estaba llena en la ceremonia y se anunció en el boletín de la parroquia durante varios días. Pero el sacerdote (Dominicos) anunció la celebración con un poco de vergüenza, justo después de la utilización de insumos oraciones, que 'no habría celebración de la gracia colectiva en el mercado, sin ninguna ceremonia penitencial, como se había planeado originalmente todavía . Y para indicar, algo agitado, claramente molesto, al contrario el cardenal Barbarin. Como resultado de ello, continuó la celebración, cuatro sacerdotes están disponibles para los fieles para la confesión individual. Un número de feligreses se quedan en el campo, muy molestos, incluso enfadados.
Sin embargo, la altura de la indecencia, en este caso radica en el hecho de que el padre Xavier en el origen de esta ceremonia penitencial, murió la semana pasada tras una larga enfermedad. Su funeral se celebró el pasado sábado, en el funeral al que asistieron el cardenal Barbarin. Sería que esperaba el regreso al Padre del Padre Xavier para participar en el tiempo de recuperación previsto y deseado? Sin embargo, la coincidencia de los acontecimientos da un sentido de la indecencia. Esto explica la indignación de la actitud de muchos cristianos sufren percibido como poco cristiano. Este. No es un pastor, sino un guardián del Templo
Un testimonio de los contras en esta temporada de Navidad en la Iglesia Católica sólo para obtener el mensaje de la Buena Nueva y no se burla del mundo se ha olvidado de su contenido cristiano. Y la Iglesia Católica como Philippe Barbarin? Una vez que no le hará daño, el cardenal ha perdido otra oportunidad de callarse y parece haber olvidado que con los acontecimientos de la Natividad, el templo es ahora el siguiente. Mal alojadas, por supuesto, pero también aquellos que se sienten cada vez más excluidos de la Iglesia-comunión por decreto y sin duda de los fundamentalistas.
Uno puede imaginar que el cardenal había recibido instrucciones de Roma. No va a disgustar al Vaticano! La oportunidad para recordar que el ministerio episcopal se debe principalmente al servicio del Evangelio antes de la ejecución de una disciplina eclesiástica servil. ¿Cómo no recordar también que la práctica de la reconciliación en sí ha sido más de veinte siglos de cristianismo una evolución del desarrollo. En resumen, una historia. Que los investigadores también advirtieron que Cyrille Vogel fueron capaces de rastrear de manera competente. Y el brillo. Quieren decidir con demasiada rapidez entre lo permisible y lo prohibido es entonces un análisis débil y la reflexión, así como una cobardía pastoral.
Ciertamente, la diócesis de Lyon fuera de, además de su gran tradición de la comprensión de la fe. Confundirse con la comprensión de fecha y discutirlo. Disciplinas y obsoleta o al menos cuestionable.
Su Eminencia se le ha olvidado que el primer derecho canónico es el bien pastoral de los fieles?

Maese Pérez el organista, de Gustavo Adolfo Becquer



Creo que no hay Misa del Gallo en la literatura hispana tan conocida como la del ciego organista Maese Pérez. Aquí se la traigo al querido lector para que la disfrute . Feliz Navidad.



En Sevilla, en el mismo atrio de Santa Inés, y mientras esperaba que comenzase la Misa del Gallo, oí esta tradición a una demandadera del convento.
Como era natural, después de oírla, aguardé impaciente que comenzara la ceremonia, ansioso de asistir a un prodigio.
Nada menos prodigioso, sin embargo, que el órgano de Santa Inés, ni nada más vulgar que los insulsos motetes que nos regaló su organista aquella noche.
Al salir de la misa, no pude por menos de decirle a la demandadera con aire de burla:
-¿En qué consiste que el órgano de maese Pérez suena ahora tan mal?
-¡Toma! -me contestó la vieja-. En que éste no es el suyo.
-¿No es el suyo? ¿Pues qué ha sido de él?
-Se cayó a pedazos, de puro viejo, hace una porción de años.
-¿Y el alma del organista?
-No ha vuelto a aparecer desde que colocaron el que ahora le substituye.
Si a alguno de mis lectores se le ocurriese hacerme la misma pregunta después de leer esta historia ya sabe por qué no se ha continuado el milagroso portento hasta nuestros días.



  
- I -

lgunas noches como ésta suele llenarse de modo que no cabe ni un grano de trigo... Buena ganga tienen las monjas con su organista... ¿Cuándo se ha visto el convento tan favorecido como ahora?... De las otras comunidades puedo decir que le han hecho a maese Pérez proposiciones magníficas; verdad que nada tiene de extraño, pues hasta el señor arzobispo le ha ofrecido montes de oro por llevarle a la catedral... Pero él, nada... Primero dejaría la vida que abandonar su órgano favorito... ¿No conocéis a maese Pérez? Verdad es que sois nueva en el barrio... Pues es un santo varón; pobre, sí, pero limosnero cual no otro... Sin más parientes que su hija ni más amigo que su órgano, pasa su vida entera en velar por la inocencia de la una y componer los registros del otro... ¡Cuidado que el órgano es viejo!... Pues, nada, él se da tal maña en arreglarlo y cuidarlo que suena que es una maravilla... Como que le conoce de tal modo que a tientas..., porque no sé si os lo he dicho, pero el pobre señor es ciego de nacimiento... Y ¡con qué paciencia lleva su desgracia!... Cuando le preguntan que cuánto daría por ver responde: Mucho, pero no tanto como creéis, porque tengo esperanzas. ¿Esperanzas de ver? Sí, y muy pronto -añade, sonriéndose como un ángel- ya cuento setenta y seis años; por muy larga que sea mi vida, pronto veré a Dios...
¡Pobrecito! Y sí lo verá..., porque es humilde como las piedras de la calle, que se dejan pisar de todo el mundo... Siempre dice que no es más que un pobre organista de convento, y pued
-¿Veis ése de la capa roja y la pluma blanca en el fieltro, que parece que trae sobre su justillo todo el oro de los galeones de Indias; aquel que baja en este momento de su litera para dar la mano a esa otra señora, que después de dejar la suya se adelanta hacia aquí, precedida de cuatro pajes con hachas? Pues ése es el marqués de Moscoso, galán de la condesa viuda de Villapineda. Se dice que antes de poner sus ojos sobre esta dama había pedido en matrimonio a la hija de un opulento señor; mas el padre de la doncella, de quien se murmura que es un poco avaro... Pero, ¡calle!, en hablando del ruin de Roma, cátale aquí que asoma. ¿Veis aquél que viene por debajo del arco de San Felipe, a pie, embozado en una capa obscura, y precedido de un solo criado con una linterna? Ahora llega frente al retablo.
¿Reparasteis, al desembozarse para saludar a la imagen, la encomienda que brilla en su pecho?
A no ser por ese noble distintivo, cualquiera le creería un lonjista de la calle de Culebras... Pues ése es el padre en cuestión; mirad cómo la gente del pueblo le abre paso y le saluda.
Toda Sevilla le conoce por su colosal fortuna. Él sólo tiene más ducados de oro en sus arcas que soldados mantiene nuestro señor el rey Don Felipe, y con sus galeones podría formar una escuadra suficiente a resistir a la del Gran Turco.
Mirad, mirad ese grupo de señores graves: ésos son los caballeros veinticuatro. ¡Hola, hola! También está aquí el flamencote, a quien se dice que no han echado ya el guante los señores de la cruz verde merced a su influjo con los magnates de Madrid... Éste no viene a la iglesia más que a oír música... No, pues si maese Pérez no le arranca con su órgano lágrimas como puños bien se puede asegurar que no tiene su alma en su almario, sino friéndose en las calderas de Pedro Botero... ¡Ay vecina! Malo..., malo... Presumo que vamos a tener jarana; yo me refugio en la iglesia, pues, por lo que veo, aquí van a andar más de sobra los cintarazos que los Paternóster. Mirad, Mirad: las gentes del duque de Alcalá doblan la esquina de la plaza de San Pedro, y por el callejón de las Dueñas se me figura que he columbrado a las del de Medinasidonia... ¿No os lo dije?
Ya se han visto, ya se detienen unos y otros, sin pasar de sus puestos... Los grupos se disuelven... Los ministriles, a quienes en estas ocasiones apalean amigos y enemigos, se retiran... Hasta el señor asistente, con su vara y todo, se refugia en el atrio... ¡Y luego dicen que hay justicia! Para los pobres...
Vamos, vamos, ya brillan los broqueles en la obscuridad... ¡Nuestro Señor del Gran Poder nos asista! Ya comienzan los golpes... ¡Vecina! ¡vecina! Aquí..., antes que cierren las puertas. Pero, ¡calle! ¿Qué es eso? ¿Aún no ha comenzado cuando lo dejan? ¿Qué resplandor es aquél?... ¡Hachas encendidas! ¡Literas! Es el señor arzobispo...
La Virgen Santísima del Amparo, a quien invocaba ahora mismo con el pensamiento, lo trae en mi ayuda... ¡Ay! ¡Si nadie sabe lo que yo debo a esta Señora!... ¡Con cuánta usura me paga la candelilla que le enciendo los sábados!... Vedlo, qué hermosote está con sus hábitos morados y su birrete rojo... Dios le conserve en su silla tantos siglos como yo deseo de vida para mí. Si no fuera por él media Sevilla hubiera ya ardido con estas disensiones de los duques. Vedlos, vedlos, los hipocritones, cómo se acercan ambos a la litera del prelado para besarle el anillo... Cómo le siguen y le acompañan, confundiéndose con sus familiares. Quién diría que esos dos que parecen tan amigos, si dentro de media hora se encuentran en una calle obscura... Es decir, ¡ellos..., ellos!... Líbreme Dios de creerlos cobardes; buena muestra han dado de sí peleando en algunas ocasiones contra los enemigos de Nuestro Señor... Pero es la verdad que si se buscaran..., y si se buscaran con ganas de encontrarse, se encontrarían, poniendo fin de una vez a estas continuas reyertas en las cuales los que verdaderamente baten el cobre de firme son sus deudos, sus allegados y su servidumbre.
Pero vamos, vecina, vamos a la iglesia antes que se ponga de bote en bote..., que ae dar lecciones de solfa al mismo maestro de la capilla de la Primada; como que echó los dientes en el oficio... Su padre tenía la misma profesión que él; yo no le conocí, pero mi señora madre, que santa gloria haya, dice que le llevaba siempre al órgano consigo para darle a los fuelles. Luego el muchacho mostró tales disposiciones, que, como era natural, a la muerte de su padre heredó el cargo... ¡Y qué manos tiene! Dios se las bendiga. Merecía que se las llevaran a la calle de Chicarreros y se las engarzasen en oro... Siempre toca bien, siempre; pero en semejante noche como ésta es un prodigio... Él tiene una gran devoción por esta ceremonia de la Misa del Gallo, y cuando levantan la Sagrada Forma, al punto y hora de las doce, que es cuando vino al mundo Nuestro Señor Jesucristo..., las voces de su órgano son voces de ángeles...
En fin, ¿para qué tengo de ponderarle lo que esta noche oirá? Baste el ver cómo todo lo más florido de Sevilla, hasta el mismo señor arzobispo, vienen a un humilde convento para escucharle; y no se crea que sólo la gente sabida y a la que se le alcanza esto de la solfa conocen su mérito, sino hasta el populacho. Todas esas bandadas que veis llegar con teas encendidas entonando villancicos con gritos desaforados al compás de los panderos, las sonajas y las zambombas, contra su costumbre, que es la de alborotar las iglesias, callan como muertos cuando pone maese Pérez las manos en el órgano... Y cuando alzan..., cuando alzan, no se siente una mosca...; de todos los ojos caen lagrimones tamaños, y al concluir se oye como un suspiro inmenso, que no es otra cosa que la respiración de los circunstantes, contenida mientras dura la música... Pero vamos, vamos, ya han dejado de tocar las campanas, y va a comenzar la misa, vamos adentro...
Para todo el mundo es esta noche Nochebuena, pero para nadie mejor que para nosotros.
Esto diciendo, la buena mujer que había servido de cicerone a su vecina atravesó el atrio del convento de Santa Inés, y codazo en éste, empujón en aquél, se internó en el templo, perdiéndose entre la muchedumbre que se agolpaba en la puerta.



- II -
  
La iglesia estaba iluminada con una profusión asombrosa. El torrente de luz que se desprendía de los altares para llenar sus ámbitos chispeaba en los ricos joyeles de las damas, que, arrodillándose sobre los cojines de terciopelo que tendían los pajes y tomando el libro de oraciones de manos de las dueñas, vinieron a formar un brillante círculo alrededor de la verja del presbiterio. Junto a aquella verja, de pie, envueltos en sus capas de color galoneadas de oro, dejando entrever con estudiado descuido las encomiendas rojas y verdes, en la una mano el fieltro, cuyas plumas besaban los tapices; la otra sobre los bruñidos gavilanes del estoque o acariciando el pomo del cincelado puñal, los caballeros veinticuatro, con gran parte de lo mejor de la nobleza sevillana, parecían formar un muro, destinado a defender a sus hijas y a sus esposas del contacto de la plebe. Ésta, que se agitaba en el fondo de las naves, con un rumor parecido al del mar cuando se alborota, prorrumpió en una aclamación de júbilo, acompañada del discordante sonido de las sonajas y los panderos, al mirar aparecer al arzobispo, el cual, después de sentarse junto al altar mayor bajo un solio de grana que rodearon sus familiares, echó por tres veces la bendición al pueblo.
Era la hora de que comenzase la misa.
Transcurrieron, sin embargo, algunos minutos sin que el celebrante apareciese. La multitud comenzaba a rebullirse, demostrando su impaciencia; los caballeros cambiaban entre sí algunas palabras a media voz y el arzobispo mandó a la sacristía a uno de sus familiares a inquirir el por qué no comenzaba la ceremonia.
-Maese Pérez se ha puesto malo, muy malo, y será imposible que asista esta noche a la misa.
Ésta fue la respuesta del familiar.
La noticia cundió instantáneamente entre la muchedumbre. Pintar el efecto desagradable que causó en todo el mundo sería cosa imposible; baste decir que comenzó a notarse tal bullicio en el templo que el asistente se puso de pie y los alguaciles entraron a imponer silencio, confundiéndose entre las apiñadas olas de la multitud.
En aquel momento un hombre mal trazado, seco, huesudo y bisojo por añadidura se adelantó hasta el sitio que ocupaba el prelado.
-Maese Pérez está enfermo -dijo-; la ceremonia no puede empezar. Si queréis yo tocaré el órgano en su ausencia; que ni maese Pérez es el primer organista del mundo ni a su muerte dejará de usarse ese instrumento por falta de inteligente...
El arzobispo hizo una señal de asentimiento con la cabeza, y ya algunos de los fieles que conocían a aquel personaje extraño por un organista envidioso, enemigo del de Santa Inés, comenzaban a prorrumpir en exclamaciones de disgusto, cuando de improviso se oyó en el atrio un ruido espantoso.
-¡Maese Pérez está aquí!... ¡Maese Pérez está aquí!...
A estas voces de los que estaban apiñados en la puerta todo el mundo volvió la cara.
Maese Pérez, pálido y desencajado, entraba, en efecto, en la iglesia, conducido en un sillón, que todos se disputaban el honor de llevar en sus hombros.
Los preceptos de los doctores, las lágrimas de su hija, nada había sido bastante a detenerle en el lecho.
-No -había dicho-; ésta es la última, lo conozco, lo conozco, y no quiero morir sin visitar mi órgano, y esta noche sobre todo, la Nochebuena. Vamos, lo quiero, lo mando; vamos a la iglesia.
Sus deseos se habían cumplido; los concurrentes le subieron en brazos a la tribuna y comenzó la misa.
En aquel momento sonaban las doce en el reloj de la catedral.
Pasó el introito, y el Evangelio, y el ofertorio, y llegó el instante solemne en que el sacerdote toma con la extremidad de sus dedos la Sagrada Forma y después de haberla consagrado comienza a elevarla.
Una nube de incienso que se desenvolvía en ondas azuladas llenó el ámbito de la iglesia; las campanillas repicaron con un sonido vibrante, y maese Pérez puso sus crispadas manos sobre las teclas del órgano.
Las cien voces de sus tubos de metal resonaron en un acorde majestuoso y prolongado, que se perdió poco a poco, como si una ráfaga de aire hubiese arrebatado sus últimos ecos.
A este primer acorde, que parecía una voz que se elevaba desde la tierra al cielo, respondió otro lejano y suave que fue creciendo, creciendo, hasta convertirse en un torrente de atronadora armonía.
Era la voz de los ángeles que atravesando los espacios llegaba al mundo.
Después comenzaron a oírse como unos himnos distantes que entonaban las jerarquías de serafines; mil himnos a la vez, al confundirse, formaban uno solo, que, no obstante, era no más el acompañamiento de una extraña melodía, que parecía flotar sobre aquel océano de misteriosos ecos como un jirón de niebla sobre las olas del mar.
Luego fueron perdiéndose unos cantos, después otros; la combinación se simplificaba. Ya no eran más que dos voces cuyos ecos se confundían entre sí; luego quedó una aislada, sosteniendo una nota brillante como un hilo de luz... El sacerdote inclinó la frente, y por encima de su cabeza cana y como a través de una gasa azul que fingía el humo del incienso apareció la Hostia a los ojos de los fieles. En aquel instante la nota que maese Pérez sostenía trinando se abrió, se abrió, y una explosión de armonía gigante estremeció la iglesia, en cuyos ángulos zumbaba el aire comprimido y cuyos vidrios de colores se estremecían en sus angostos ajimeces.
De cada una de las notas que formaban aquel magnífico acorde se desarrolló un tema, y unos cerca, otros lejos, éstos brillantes, aquéllos sordos, diríase que las aguas y los pájaros, las brisas y las frondas, los hombres y los ángeles, la tierra y los cielos, cantaban cada cual en su idioma un himno al nacimiento del Salvador.
La multitud escuchaba atónica y suspendida. En todos los ojos había una lágrima, en todos los espíritus un profundo recogimiento.
El sacerdote que oficiaba sentía temblar sus manos, porque Aquél que levantaba en ellas, Aquél a quien saludaban hombres y arcángeles era su Dios, era su Dios, y le parecía haber visto abrirse los cielos y transfigurarse la Hostia.
El órgano proseguía sonando, pero sus voces se apagaban gradualmente como una voz que se pierde de eco en eco y se aleja y se debilita al alejarse cuando de pronto sonó un grito de mujer.
El órgano exhaló un sonido discorde y extraño, semejante a un sollozo, y quedó mudo.
La multitud se agolpó a la escalera de la tribuna, hacia la que, arrancados de su éxtasis religioso, volvieron la mirada con ansiedad todos los fieles.
-¿Qué ha sucedido? ¿Qué pasa? -se decían unos a otros. Y nadie sabía responder y todos se empeñaban en adivinarlo, y crecía la confusión y el alboroto comenzaba a subir de punto, amenazando turbar el orden y el recogimiento propios de la iglesia.
-¿Qué ha sido eso? -preguntaban las damas al asistente, que, precedido de los ministriles, fue uno de los primeros a subir a la tribuna, y que, pálido y con muestras de profundo pesar, se dirigía al puesto en donde le esperaba el arzobispo, ansioso, como todos, por saber la causa de aquel desorden.
-¿Qué hay?
-Que maese Pérez acaba de morir.
En efecto, cuando los primeros fieles, después de atropellarse por la escalera, llegaron a la tribuna vieron al pobre organista caído de boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibraba sordamente, mientras su hija, arrodillada a sus pies, le llamaba en vano entre suspiros y sollozos.



- III -
  
-Buenas noches, mi señora doña Baltasara: ¿también usarced viene esta noche a la Misa del Gallo? Por mi parte, tenía hecha intención de irla a oír a la parroquia; pero lo que sucede... ¿Dónde va Vicente? Donde va la gente. Y eso que, si he de decir verdad, desde que murió maese Pérez parece que me echan una losa sobre el corazón cuando entro en Santa Inés... ¡Pobrecito! ¡Era un Santo!... Yo de mí sé decir que conservo un pedazo de su jubón como una reliquia, y lo merece, pues en Dios y en mi ánima que si el señor arzobispo tomara mano en ello es seguro que nuestros nietos le verían en los altares... Mas ¡cómo ha de ser!... A muertos y a idos no hay amigos... Ahora lo que priva es la novedad... Ya me entiende usarced. ¡Qué! ¿No sabe nada de lo que pasa? Verdad que nosotras nos parecemos en eso: de nuestra casita a la iglesia y de la iglesia a nuestra casita, sin cuidarnos de lo que se dice o déjase de decir... Sólo que yo, así..., al vuelo..., una palabra de acá, otra de acullá..., sin ganas de enterarme siquiera, suelo estar al corriente de algunas novedades... Pues, sí, señor; parece cosa hecha que el organista de San Román, aquel bisojo, que siempre está echando pestes de los otros organistas; aquel perdulariote, que más parece jifero de la puerta de la Carne que maestro de solfa, va a tocar esta Nochebuena en lugar de maese Pérez. Ya sabrá usarced, porque esto lo ha sabido todo el mundo y es cosa pública en Sevilla, que nadie quería comprometerse a hacerlo. Ni aun su hija, que es profesora, y después de la muerte de su padre entró en el convento de novicia. Y era natural: acostumbrados a oír aquellas maravillas cualquiera otra cosa había de parecernos mala, por más que quisieran evitarse las comparaciones. Pues cuando ya la comunidad había decidido que, en honor del difunto y como muestra de respeto a su memoria, permanecería callado el órgano en esta noche, hete aquí que se presenta nuestro hombre diciendo que él se atreve a tocarlo... No hay nada más atrevido que la ignorancia... Cierto que la culpa no es suya, sino de los que le consienten esta profanación...; pero así va el mundo...; y digo, no es cosa la gente que acude...; cualquiera diría que nada ha cambiado desde un año a otro. Los mismos personajes, el mismo lujo, los mismos empellones en la puerta, la misma animación en el atrio, la misma multitud en el templo... ¡Ay, si levantara la cabeza el muerto se volvía a morir por no oír su órgano tocado por manos semejantes! Lo que tiene que, si es verdad lo que me han dicho las gentes del barrio, le preparan una buena al intruso. Cuando llegue el momento de poner la mano sobre las teclas va a comenzar una algarabía de sonajas, panderos y zambombas que no haya más que oír... Pero, ¡calle!, ya entra en la iglesia el héroe de la función. ¡Jesús, qué ropilla de colorines, qué gorguera de cañutos, qué aires de personaje! Vamos, vamos, que ya hace rato que llegó el arzobispo y va a comenzar la misa... Vamos, que me parece que esta noche va a darnos que contar para muchos días.
Esto diciendo la buena mujer, que ya conocen nuestros lectores por sus exabruptos de locuacidad, penetró en Santa Inés, abriéndose, según costumbre, camino entre la multitud a fuerza de empellones y codazos.
Ya se había dado principio a la ceremonia.
El templo estaba tan brillante como el año anterior.
El nuevo organista, después de atravesar por en medio de los fieles que ocupaban las naves para ir a besar el anillo del prelado, había subido a la tribuna, donde tocaba unos tras otros los registros del órgano con una gravedad tan afectada como ridícula.
Entre la gente menuda que se apiñaba a los pies de la iglesia se oía un rumor sordo y confuso, cierto presagio de que la tempestad comenzaba a fraguarse y no tardaría mucho en dejarse sentir.
-Es un truhán, que, por no hacer nada bien, ni aun mira a derechas -decían los unos.
-Es un ignorantón, que, después de haber puesto el órgano de su parroquia peor que una carraca, viene a profanar el de maese Pérez -decían los otros.
Y mientras éste se desembarazaba del capote para prepararse a darle de firme a su pandero y aquél apercibía sus sonajas y todos se disponían a hacer bulla a más y mejor, sólo alguno que otro se aventuraba a defender tibiamente al extraño personaje, cuyo porte orgulloso y pendantesco hacía tan notable contraposición con la modesta apariencia y la afable bondad del difunto maese Pérez.
Al fin llegó el esperado momento, el momento solemne en que el sacerdote, después de inclinarse y murmurar algunas palabras santas, tomó la Hostia en sus manos... Las campanillas repicaron, semejando su repique una lluvia de notas de cristal; se elevaron las diáfanas ondas de incienso, y sonó el órgano.
Una estruendosa algarabía llenó los ámbitos de la iglesia en aquel instante y ahogó su primer acorde.
Zampoñas, gaitas, sonajas, panderos, todos los instrumentos del populacho, alzaron sus discordantes voces a la vez; pero la confusión y el estrépito sólo duró algunos segundos. Todos a la vez, como habían comenzado, enmudecieron de pronto.
El segundo acorde, amplio, valiente, magnífico, se sostenía aún brotando de los tubos de metal del órgano, como una cascada de armonía inagotable y sonora.
Cantos celestes como los que acarician los oídos en los momentos de éxtasis; cantos que percibe el espíritu y no los puede repetir el labio; notas sueltas de una melodía lejana, que suenan a intervalos, traídas en las ráfagas del viento; rumor de hojas que se besan en los árboles con un murmullo semejante al de la lluvia; trinos de alondras que se levantan gorjeando de entre las flores como una saeta despedida a las nubes; estruendos sin nombre, imponentes como los rugidos de una tempestad; coros de serafines sin ritmo ni cadencia, ignota música del cielo, que sólo la imaginación comprende; himnos alados, que parecían remontarse al trono del Señor como una tromba de luz y de sonidos..., todo lo expresaban las cien voces del órgano con más pujanza, con más misteriosa poesía, con más fantástico color que lo habían expresado nunca...
Cuando el organista bajó de la tribuna la muchedumbre que se agolpó a la escalera fue tanta y tanto su afán por verle y admirarle que el asistente, temiendo, no sin razón, que le ahogaran entre todos, mandó a algunos de sus ministriles para que, vara en mano, le fueran abriendo camino hasta llegar al altar mayor, donde el prelado le esperaba.
-Ya veis -le dijo este último cuando le trajeron a su presencia-: vengo desde mi palacio aquí sólo por escucharos. ¿Seréis tan cruel como maese Pérez, que nunca quiso excusarme el viaje, tocando la Nochebuena en la misa de la catedral?
-El año que viene -respondió el organista-, prometo daros gusto, pues por todo el oro de la tierra no volvería a tocar este órgano.
-¿Y por qué? -interrumpió el prelado.
-Porque... -añadió el organista, procurando dominar la emoción que se revelaba en la palidez de su rostro-, porque es viejo y malo y no puede expresar todo lo que se quiere.
El arzobispo se retiró, seguido de sus familiares. Unas tras otras, las literas de los señores fueron desfilando y perdiéndose en las revueltas de las calles vecinas; los grupos del atrio se disolvieron, dispersándose los fieles en distintas direcciones, y ya la demandadera se disponía a cerrar las puertas de la entrada del atrio cuando se divisaban aún dos mujeres que, después de persignarse y murmurar una oración ante el retablo del arco de San Felipe, prosiguieron su camino, internándose en el callejón de las Dueñas.
-¿Qué quiere usarced, mi señora doña Baltasara? -decía la una-, yo soy de este genial. Cada loco con su tema... Me lo habían de asegurar capuchinos descalzos y no lo creería del todo... Ese hombre no puede haber tocado lo que acabamos de escuchar... Si yo lo he oído mil veces en San Bartolomé, que era su parroquia, y de donde tuvo que echarle el señor cura por malo, y era cosa de taparse los oídos con algodones... Yo me acuerdo, pobrecito, como si lo estuviera viendo, me acuerdo de la cara de maese Pérez cuando en semejante noche como ésta bajaba de la tribuna después de haber suspendido el auditorio con sus primores... ¡Qué sonrisa tan bondadosa, qué color tan animado!... Era viejo y parecía un ángel... No que éste ha bajado las escaleras a trompicones, como si le ladrase un perro en la meseta, y con un color de difunto y unas... Vamos, mi señora doña Baltasara, créame usarced, y créame con todas veras..., yo sospecho que aquí hay busilis...
Comentando las últimas palabras, las dos mujeres doblaban la esquina del callejón y desaparecían.
Creemos inútil decir a nuestros lectores quién era una de ellas.




- IV -
  
Había transcurrido un año más. La abadesa del convento de Santa Inés y la hija de maese Pérez hablaron en voz baja, medio ocultas entre las sombras del coro de la iglesia. El esquilón llamaba a voz herida a los fieles desde la torre, y alguna que otra rara persona atravesaba el atrio silencioso y desierto esta vez, y después de tomar el agua bendita en la puerta escogía un puesto en un rincón de las naves, donde unos cuantos vecinos del barrio esperaban tranquilamente que comenzara la Misa del Gallo.
-Ya lo veis -decía la superiora-: vuestro temor es sobremanera pueril; nadie hay en el templo; toda Sevilla acude en tropel a la catedral esta noche. Tocad vos el órgano y tocadle sin desconfianza de ninguna clase; estaremos en comunidad... Pero... proseguís callando, sin que cesen vuestros suspiros. ¿Qué os pasa? ¿Qué tenéis?
-Tengo... miedo -exclamó la joven con un acento profundamente conmovido.
-¡Miedo! ¿De qué?
-No sé..., de una cosa sobrenatural... Anoche, mirad, yo os había oído decir que teníais empeño en que tocase el órgano en la misa, y, ufana con esta distinción, pensé arreglar sus registros y templarle, al fin de que hoy os sorprendiese... Vine al coro... sola..., abrí la puerta que conduce a la tribuna... En el reloj de la catedral sonaba en aquel momento una hora..., no sé cuál... Pero las campanas eran tristísimas y muchas..., muchas...; estuvieron sonando todo el tiempo que yo permanecí como clavada en el dintel, y aquel tiempo me pareció un siglo.
La iglesia estaba desierta y obscura... Allá lejos, en el fondo, brillaba, como una estrella perdida en el cielo de la noche, una luz moribunda... la luz de la lámpara que arde en el altar mayor... A sus reflejos debilísimos, que sólo contribuían a hacer más visible todo el profundo horror de las sombras, vi..., le vi, madre, no lo dudéis, vi un hombre que en silencio y vuelto de espaldas hacia el sitio en que yo estaba recorría con una mano las teclas del órgano mientras tocaba con la otra a sus registros... y el órgano sonaba, pero sonaba de una manera indescriptible. Cada una de sus notas parecía un sollozo ahogado dentro del tubo de metal, que vibraba con el aire comprimido en su hueco, y reproducía el tono sordo, casi imperceptible, pero justo.
Y el reloj de la catedral continuaba dando la hora y el hombre aquél proseguía recorriendo las teclas. Yo oía hasta su respiración.
El horror había helado la sangre de mis venas; sentía en mi cuerpo como un frío glacial, y en mis sienes, fuego... Entonces quise gritar, pero no pude. El hombre aquél había vuelto la cara y me había mirado...; digo mal, no me había mirado, porque era ciego... ¡Era mi padre!
-¡Bah!, hermana, desechad esas fantasías con que el enemigo malo procura turbar las imaginaciones débiles... Rezad un Paternóster y un Ave María al Arcángel San Miguel, jefe de las milicias celestiales, para que os asista contra los malos espíritus. Llevad al cuello un escapulario tocado en la reliquia de San Pacomio, abogado contra las tentaciones, y marchad, marchad a ocupar la tribuna del órgano; la Misa va a comenzar, y ya esperan con impaciencia los fieles. Vuestro padre está en el cielo, y desde allí, antes que daros sustos, bajará a inspirar a su hija en esta ceremonia solemne, para el objeto de tan especial devoción.
La priora fue a ocupar su sillón en el coro en medio de la comunidad. La hija de maese Pérez abrió con mano temblorosa la puerta de la tribuna para sentarse en el banquillo del órgano, y comenzó la Misa.
Comenzó la Misa y prosiguió sin que ocurriese nada de notable hasta que llegó la consagración. En aquel momento sonó el órgano, y al mismo tiempo que el órgano un grito de la hija de maese Pérez...
La superiora, las monjas y algunos de los fieles corrieron a la tribuna.
-¡Miradle! ¡Miradle! -decía la joven fijando sus desencajados ojos en el banquillo, de donde se había levantado asombrada para agarrarse con sus manos convulsas al barandal de la tribuna.
Todo el mundo fijó sus miradas en aquel punto. El órgano estaba solo, y, no obstante, el órgano seguía sonando..., sonando como sólo los arcángeles podrían imitarlo en sus raptos de místico alborozo.
-¿No os lo dije yo una y mil veces, mi señora doña Baltasara, no os lo dije yo?... ¡Aquí hay busilis...! Oídlo; qué, ¿no estuvisteis anoche en la Misa del Gallo? Pero, en fin, ya sabréis lo que pasó. En toda Sevilla no se habla de otra cosa... El señor arzobispo está hecho, y con razón, una furia... Haber dejado de asistir a Santa Inés; no haber podido presenciar el portento... ¿Y para qué? Para oír una cencerrada; porque personas que lo oyeron dicen que lo que hizo el dichoso organista de San Bartolomé, en la catedral, no fue otra cosa... Si lo decía yo. Eso no puede haberlo tocado el bisojo, mentira... Aquí hay busilis; y el busilis era, en efecto, el alma de maese Pérez.

FIN

                                                            fuente: inter vestibulumet altare

Llegó al Vaticano el texto de la Sociedad de San Pío X: un documento que no responde. Crece en Francia, el ala dura contra los romanos

Bernard Fellay
Bernard Fellay


Tornielli
Ciudad del Vaticano

Se esperaba que en estos días,  la respuesta de la fraternidad al "preámbulo doctrinal", propuesto por el Vaticano,en la última hora ha llegado. Salvo que, con cierta sorpresa, la respuesta ... no hay respuesta. Esta no es la respuesta que la comisión Ecclesia Dei esperaba (positivo, negativo o solicitudes de aclaraciones y enmiendas al texto del preámbulo sobre puntos específicos). El texto proveniente de la fraternidad será ahora estudiado por la comisión encabezada por el cardenal William Levada y el secretario Guido Pozzo.


Como se recordará el pasado septiembre, la comisión  Ecclesia Dei  había entregado en manos de Mons. Fellay un preámbulo de la doctrina, el resultado de las conversaciones entre la fraternidad  y la Santa Sede, para pedirles que acepten a la vista el reconocimiento canónico de la Fraternidad de San Pío X: Aunque Benedicto XVI ha levantado  la excomunión de los cuatro obispos que había consagrado Monseñor Lefebvre , el grupo sigue siendo conservador en una situación irregular desde el punto de vista canónico.

En el preámbulo, nunca se publicó, el texto no era un "lo tomas o lo dejas". La Santa Sede había previsto la posibilidad de que la fraternidad  solicitara aclaraciones y proponer  otra explicación. La esencia, sin embargo, no se puede cambiar, ya que el Vaticano le preguntó - en vista de la regularización a través de la creación de una prelatura personal dada  por el Papa - que la sociedad aceptara la "profesión de fe" necesaria para que cualquier persona tome una posición en la Iglesia. Se pidió el reconocimiento del Magisterio de la Iglesia la última palabra en las disputas doctrinales.


M. Fellay, mientras  no publicó el texto (provisional) del preámbulo, sin embargo, lo anticipó al menos en dos ocasiones públicas - una entrevista y un sermón - las dificultades inherentes del preámbulo  los lefebvrianos ven como inaceptables, se dice claramente que el texto no puede ser aceptado. Muchos en Roma y fuera de Roma, consideran las palabras del superior como un índice de las dificultades internas de la fraternidad: la línea de Fellay ha sido, de hecho objeto de fuertes críticas de la disidencia abierta por los superiores de los distintos distritos, que se oponen  al acuerdo con la Santa Sede.


Ahora, el documento ha llegado, pero el Vaticano no era lo que  esperaba, debido a que  - explicar las fuentes - de "documentación", no una respuesta. En pocas palabras, el obispo Fellay parece tomarse  más tiempo, aplazando la decisión, se decide de un modo u otro, o pidiendo aclaraciones y cambios posibles al texto propuesto por la Santa Sede.

Mientras tanto se multiplican, los rumores sobre las luchas internas de la Fraternidad. Un boletín de la sedevacantista sitio Virgo-Maria.org habla abiertamente de la posibilidad de que Fellay es "derrocado" el primer capítulo en julio del 2012 deben renovar sus posiciones dentro de la fraternidad. Pero el sitio es conocido por tener, en otras ocasiones, la información que  carece de fundamento.


Más allá de las declaraciones delirantes contenida en este boletín que habla de "apostasía" de Roma y el Papa, es innegable que una disensión interna fuerte, contraria a los acuerdos con Roma, ha crecido en los últimos años en el grupo de Lefebvre. Ahora tenemos que esperar para saber cómo reaccionan ante la Santa Sede ", respuesta que no responde."

Fuente laestampa,it